miércoles, 5 de diciembre de 2007

El penalti de Huelva

Hay jugadas que definen partidos, series, temporadas y épocas. Hay jugadas que abren la boca de los aficionados y levantan al público de sus asientos. Jugadas que hacen que pagar el abono, o la entrada, que hacen enrojecer las palmas del público. El gol de Maradona, el palo de Pelé desde el centro del campo, el regate sin balón de Romario, el gol de Van Basten, los regates sin fin de Ronaldo o incluso el molinillo de Zidane.
Pero también hay jugadas que sirven para ver (y muy bien por cierto) el estado de un equipo. No se si esta jugada marcará un antes y un después en esta temporada, en este proyecto, pero lleva camino de ello, sin duda.
En el minuto 40 del partido frente al Recreativo, penalti de Juanfran y posibilidad de ir perdiendo un partido que habíamos empezado ganando. Tira el penalti Martins...y en ese momento comienza el retrato. El plano se detiene en dos dorsales, consecutivos para más inri, que desde la corona del área observan el lanzamiento y todo lo que acontece después. Como dos espectadores o dos guardas de seguridad. O como dos recogepelotas. En definitiva, como elementos ajenos por completo al partido. Símplemente observando, pasivos, indiferentes, indolentes y sin la más mínima tensión exigible a cualquier profesional. Los dorsales 7 y 8 ni siquiera se inmutan ante la parada del portero, ni siquiera hacen el más mínimo ademán de intentar ir a por el rechace o a defender la jugada.
Esos dos dorsales (Luccin y Aimar) son un reflejo de la situación del equipo, de la situación del vestuario.
Y sinceramente, para que estén así en el campo, al menos que paguen la entrada como lo hemos hecho todos.

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